Los límites al crecimiento
El debate sobre los límites del
crecimiento trata sobre el impacto ecológico del crecimiento y la creación de
riqueza y progreso. Muchas de las actividades necesarias para el crecimiento
económico hacen uso de fuentes de energía no renovables. Numerosos investigadores
creen que estos efectos ambientales continuados pueden tener a su vez un efecto
sobre los ecosistemas mundiales.
Este impacto sobre el medio ambiente es lo
que trata de cuantificar la huella ecológica. Así, para el año 2005 se estimó
el número de hectáreas globales (hectáreas bioproductivas) por persona en 2,1.
Sin embargo, para todo el mundo, el consumo se situó en 2,7. Por lo tanto, al
menos para este año (y la tendencia es creciente, pues en 2003 la huella
ecológica mundial se estimó en 2.23), estuvimos sobre-consumiendo respecto de
la capacidad del planeta; o lo que es lo mismo, estamos destruyendo los
recursos a una velocidad superior a su ritmo de regeneración natural.
Afirman que los efectos acumulados sobre
los ecosistemas imponen un límite teórico al crecimiento. Algunos recurren a la
arqueología para citar ejemplos de culturas que parecen haber desaparecido
porque crecieron más allá de la capacidad de sus ecosistemas para albergarlas,
como afirma por ejemplo Duncan que ocurrirá también con nuestra civilización
(Teoría de Olduvai). Su predicción es que los límites al crecimiento podrían
acabar haciendo imposible el crecimiento basado en el consumo de fuentes de
energía. La solución que proponen es aplicar los principios del Decrecimiento:
es decir, reducir el consumo y la producción hasta niveles en los que los
recursos se puedan regenerar de forma natural, a la par que se distribuye la
riqueza de los países ricos al resto del mundo. Este concepto no debe ser
confundido con el de desarrollo sostenible, pues este último cree que sí sería
posible continuar aumentando el crecimiento, a la par que se protegiese el
medio ambiente. Otros son más optimistas y creen que, si bien pueden detectarse
efectos ambientales locales, los efectos ecológicos a gran escala son menores.
Los optimistas afirman que si estos cambios ecológicos a escala mundial
existen, el ingenio humano encontrará la forma de adaptarse a ellos.
El ritmo o tipo de crecimiento económico
puede tener importantes consecuencias para el medio ambiente (el clima y el
capital natural de los ecosistemas). La preocupación por los posibles efectos
negativos del crecimiento sobre el medio ambiente y la sociedad ha llevado a
ciertos sectores científicos a defender niveles de crecimiento menores, de
donde viene la idea del decrecimiento económico y los partidos verdes, que
piensan que las economías nacionales son parte de una sociedad mundial y de un
sistema ecológico global, por lo que no pueden explotar su capacidad de
crecimiento natural sin dañarlos.
El científico canadiense David Suzuki
afirmó en los años 90 que los ecosistemas sólo pueden soportar un crecimiento
anual de entre un 1,5 y un 3 % anual, y que por lo tanto cualquier intento de
conseguir mayor rendimiento por parte de la agricultura o los bosques
necesariamente acabará por canibalizar el capital natural del suelo o los
bosques. Hay quien piensa que este argumento se puede aplicar incluso a las
economías más desarrolladas. Los economistas convencionales opinan que las
economías avanzan gracias a los avances tecnológicos, por ejemplo: ahora
tenemos ordenadores más rápidos que hace un año, pero no necesariamente un
número mayor de ordenadores. Quizá nos hayamos librado de las limitaciones
físicas apostando más por el conocimiento que por la producción física.
Por otra parte es un hecho histórico que
en los últimos dos siglos el crecimiento económico ha presentado fluctuaciones
y crisis cíclicas en todos y cada uno de los países y en el ámbito
internacional. Todo auge económico conduce finalmente a la recesión y la
crisis, la cual termina por abrir las condiciones para la reactivación, que a
su vez despeja el camino para un nuevo auge. El ciclo económico estudiado por
Clemente Juglar, Karl Marx, Wesley Mitchell, Josepf Schumpeter, Nikolai Kondratieff
y otros notables economistas, es una realidad para tener en cuenta sin la cual
es imposible cualquier estimación seria sobre el crecimiento económico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario