jueves, 21 de junio de 2012

MODELO AK:


MODELO AK: Papel del Ahorro
Partiendo de la función de producción Cobb-Douglas (1):
Y= K(t)α {A(t)L(t)}1-α
Aquí, A se obtiene de la ley Kaldor-Verdorn (1957), o del aprendizaje por la práctica, o del learning by doing de Arrow (1962) y es una función creciente del stock de capital:
A(t) = B.K(t)Ø (8)
Donde B y Ø son constantes positivas.
Supongamos que L crece a la tasa n, que la depreciación del capital es nula (δ=0) y la tasa de ahorro es exógena:
DK= sKαKØ(1-α)B(1- α)L(1- α) y DK/K= sKα+Ø(1-α)-1B(1- α)L(1- α) (9)
Supongamos que Ø=1 y n=0, entonces, la función de producción 1 queda:
Y(t) = A K(t) o y(t) = A k(t) (10)
Donde, A = B(1- α)L(1- α)
Supongamos que L crece a la tasa n, que la tasa de crecimiento de A es nula, que el ahorro es exógeno y que la evolución del proceso de acumulación de capital es:
DK = sY - δK
La ecuación dinámica fundamental:
Dk/k = sA –(n+ δ) (11)
En efecto, la tasa de crecimiento es una función creciente de la productividad marginal del capital (A), y de la tasa de ahorro (s). Las políticas que incentivan la A o que permiten el aumento de la tasa de ahorro, aumentará el crecimiento del estado regular.
Para Aghion en este modelo, cada empresa en particular tiene rendimientos decrecientes, pero como hay externalidades, se compensan dichos rendimientos, es decir, cada unidad adicional de capital aporta cada vez menos crecimiento a medida que se acumula, pero como son muchas empresas en acumular capital, se puede entender como si fuese acumulación de saber; dicho de otra manera, las empresas contribuyen de manera individual a un pozo común de saber. Estas externalidades impiden al crecimiento de tender hacia cero, compensan los rendimientos de escala decrecientes que experimentan cada empresa con respecto de su propia inversión en capital. Aghion, hablando ex cathedra, considera que el foco de atención de estos modelos es el lado saving, es decir, la tasa de ahorro como determinante del crecimiento económico. Al aumentar el saving se incrementará la tasa de crédito y recalca que estos modelos, han permitido entender cómo la acumulación de capital dió origen al crecimiento que experimentó Europa durante la reconstrucción y los años 30 y cómo explican también el gran crecimiento de la ex Unión Soviética.
Pero, se han utilizado, durante mucho tiempo. Además, casi nunca se hablaba del progreso técnico o se le consideraba exógeno. Además, de estos modelos se infiere que todos los países tienen la misma tasa de crecimiento, e independientemente de su grado de desarrollo, se debe implementar la misma política para todo el mundo.
Según Aghion, es partiendo de estos modelos que Easterly William, presentó en el Handbook Economic Growth (2006), un estudio donde compara la tasa de crecimiento de muchas economías sobre el periodo 1960-2000 y analiza las políticas seguidas por esos países.
Al establecer una relación lineal entre la tasa de crecimiento (como variable dependiente) y la tasa de inflación, el grado de apertura al comercio internacional, el déficit público (como variables independientes), para un conjunto de países, Easterly llega a los resultados que siempre se espera, tales como: el efecto negativo de la tasa de interés y del déficit público sobre el crecimiento económico, y el efecto positivo de la apertura.
Por otro lado, cuando excluye a los países que han tenido hiperinflación y enormes déficit público, encontró que las variables de política económica no son significativas, es decir, que las variables de política económica no juegan ningún papel en la determinación del crecimiento. Por lo tanto, concluye recalcando que la política económica no es importante y no es relevante, sino que son las instituciones las que son fundamentales, es decir, en ausencia de buenas instituciones las políticas económicas no son tan importantes para el crecimiento.
“The large literature on national policies and growth established some statistical association between national economic policies and growth. I confirm that association in this paper and I show how it could have reasonable theoretical foundations. However, I find that the associations seem to depend on extreme values of the policy variables, that the results are not very robust to different econometric methods or introducing initial income, and that a levels regression does not show any effect of policies after controlling for institutions (both instrumented for possible endogeneity). These results are consistent with other theoretical models that predict only modest effects of national policies, depending on model parameters, and show nonlinear effects of tax-cum-subsidy schemes. They are also consistent with the view that the residual A explains most of income and growth differences, and it likely reflects deep-seated institutions that are not very amenable to change in the short run.”
Desde el punto de vista, de Aghion, la visión de Easterly es pesimista, y se le olvidó interactuar las variables de políticas económicas con variables como: a) distancia del país con respecto a la frontera tecnológica; b) el grado de desarrollo, el desarrollo financiero; y, c) las características institucionales de las economías.
Cuando se procede así, es decir, al introducir estos elementos, según Aghion, hay efectos muy sustanciales que surgen, las políticas económicas se vuelven importantes para el crecimiento económico, pero sus efectos dependen del nivel de desarrollo tecnológico y financiero del país.
Rodrik Dani (2006) y Rodrick y al. (2006) por su parte, utilizando la nueva teoría del crecimiento económico (la endógena), pero con un enfoque diferente, llegan a algunas consideraciones importantes, tales como: el rechazo de las mismas recetas para todos los países; el rechazo del manifiesto Balassa -desarrollado en el seno del Banco Mundial, del FMI y del Tesoro Norte-Americano conocido como el Washington Consensus- que se debe implementar las mismas reformas (privatizar, liberalizar y estabilizar) en todos los países.
Recomendaron el enfoque “case by case” (caso por paso) para identificar los obstáculos que condicionan el crecimiento económico, la restricción principal al crecimiento en cada país. Este enfoque, también es conocido en la literatura como el enfoque de diagnóstico del crecimiento.

MODELO DE SOLOW:



Supongamos que la economía admite la función de producción Cobb - Douglas con tecnología neutro en el sentido de Harrod:
Y= K(t)α {A(t)L(t)}1-α (1)
La tasa de ahorro (s) está dada y es una parte constante de la renta.
S = sY , 0 < s < 1 (2)
La evolución del proceso de acumulación de capital es:
Con depreciación
DK = sY – δK (3)
Por último, la población, L, crece a la tasa (n) y el progreso técnico (A) es exógeno y crece a un ritmo constante (x)
La ecuación dinámica fundamental es:
Dķ = s ķα – (x+n+δ) (4)
En el largo plazo, el diferencial de capital es nula, Dķ = 0, por lo tanto, las variables en nivel, crecen, a la tasa (x+n). El nivel de las variables depende de la tasa de ahorro:
K٭ = e(x+n)t {s/x+n+δ}1/1-α y Y٭ = e(x+n)t {s/x+n+δ}α/1-α (5)
Las variables per capita crecen a la tasa constante x del progreso técnico
k٭ = ext {s/x+n+δ}1/1-α y y٭ = ext {s/x+n+δ}α/1-α (6)
Las variables per capita eficiente crecen a tasa nula.
ķ٭ = ext {s/x+n+δ}1/1-α y ұ٭ = ext {s/x+n+δ}α/1-α (7)
A manera de conclusión, en este modelo se tiene lo siguiente:
1) el crecimiento del estado estacionario es determinado por el crecimiento del factor trabajo y del crecimiento del progreso técnico. La tasa de ahorro no tiene ningún impacto de largo plazo: un incremento del ahorro aumenta el crecimiento de corto plazo al acelerar la acumulación de capital. En el estado estacionario desaparece este efecto transitorio, debido a los rendimientos decrecientes del capital.

2) Al favorecer la acumulación de capital, la tasa de ahorro aumenta el ingreso del estado estacionario de los agentes (ingreso per trabajador).
3) El impacto del ahorro sobre el bienestar (nivel de consumo del estado estacionario) es ambiguo: de un lado, una tasa de ahorro alta incrementa el ingreso del estado estacionario y, por tanto, el consumo (efecto ingreso), por otro lado, un incremento del ahorro disminuye la propensión al consumo y, por tanto, el bienestar.
Cabe recalcar que, existe en este modelo una tasa de ahorro que permite maximizar el bienestar del estado estacionario (la tasa de ahorro de la regla dorada).
Grosso modo, para Aghion, en el modelo de Solow, el crecimiento se basa sobre la acumulación de capital. Con rendimientos decrecientes con respecto a la acumulación de capital, en general, no se puede explicar crecimiento a largo plazo, es decir, el capital por sí solo no puede explicar el crecimiento de largo plazo. Salvo en un caso particular, que es de los modelos AK.

MODELO NEOCLASICO:



El modelo neoclásico incorpora como elementos novedosos respecto a las aportaciones de Smith y Malthus, el crecimiento del capital y el cambio tecnológico. Para facilitar el análisis supongamos de momento que la tecnología permanece constante y centrémonos en el papel jugado por el crecimiento del capital. Respecto al capital suponemos que hay un único tipo de capital (K) de la forma que el stock agregado de capital es la cantidad total de bienes de bienes del capital. Si L es el número de trabajadores, la función de producción agregada, bajo los supuestos establecidos, puede escribirse como sigue: Y=f (L,K). Donde el cociente K/L es la cantidad de capital por trabajador, es decir, la relación capital – trabajo.
Los defensores del modelo neoclásico de crecimiento destacan la importancia del proceso de intensificación del capital, esto es, de que aumente la cantidad de capital por trabajador con el paso del tiempo.
El modelo de crecimiento económico más conocido es el modelo de crecimiento económico de Solow, también denominado modelo de crecimiento económico neoclásico.El modelo de crecimiento económico de Solow se basa en una función de producción neoclásica en la cual el producto depende de la combinación de trabajo y capital y utiliza los típicos supuestos neoclásicos – productividad marginal decreciente, competencia perfecta, etc.- y su principal conclusión es que las economías alcanzarán un estado estacionario en el cual el crecimiento del producto per cápita es nulo. El nivel de producción del estado estacionario depende de la función de producción, es decir, de la tecnología, y de la dotación de factores. Sin embargo, en el estado estacionario el capital aumenta a la tasa de crecimiento de la población, y así lo hace la producción. Por esto, la producción per cápita se mantiene invariable. La tecnología no evoluciona a través del tiempo. Esto se produce porque el supuesto de competencia perfecta en todos los mercados elimina las potenciales ganancias por las mejoras tecnológicas, por lo que no existen incentivos para invertir en tecnología ni recursos para esa inversión (el pago a los factores agota todo el ingreso).
La regla de oro del crecimiento económico nos dice que la tasa de ahorro óptima es aquella que hace máximo el consumo. Con una tasa de ahorro menor, es posible aumentar el consumo porque un aumento del ahorro provocaría una mayor inversión, mayor capital, y mayor producción. Sin embargo, una tasa de ahorro mayor, implica un stock de capital tan elevado que gran parte del ingreso debe ser utilizado para financiar la depreciación del capital y no es posible utilizarlo para consumo.

MODELO DE HARROD Y DOMAR


HARROD Y DOMAR:
A finales de los años cuarenta, dos economistas keynesianos, en Gran Bretaña y Evsey D. Domar en Norteamérica, desarrollaron de forma independiente un análisis  del crecimiento económico que es conocido como el modelo Harrod-Domar.
En el modelo se analizan los factores o razones que influyen en la velocidad del crecimiento, a saber,  la tasa de crecimiento del trabajo, la productividad del trabajo, la tasa de crecimiento del capital o tasa de ahorro e inversión y la productividad del capital.
En el modelo de Harrod-Domar se llama tasa natural de crecimiento al ritmo de crecimiento de la oferta de trabajo. Por oferta de trabajo se entiende aquí no sólo el aumento del número de trabajadores, o de horas que están dispuestos a trabajar, sino a también el aumento de su capacidad productiva, de su productividad. En otras palabras, es la tasa de crecimiento de la población activa más la tasa de crecimiento de la productividad del trabajo.
Para que haya un crecimiento económico equilibrado y con pleno empleo es necesario que el producto y el capital productivo crezcan exactamente en esa misma proporción, la tasa natural. Si el crecimiento del capital es menor del crecimiento del trabajo, habrá desempleo. Si el crecimiento es superior se producirán distorsiones en la tasa de ahorro e inversión que desequilibrarán el crecimiento.
El crecimiento del producto requiere crecimiento del capital existente y esto requiere ahorro, es decir, destinar un porcentaje de la renta a la inversión en capital. En el modelo de Harrod-Domar se llama tasa garantizada de crecimiento o tasa de crecimiento requerido a "aquel ritmo general de avance que, si se consigue, dejará a los empresarios en una actitud que les predispondrá a continuar un avance similar". En otras palabras, es la tasa de crecimiento que hace que la tasa de ahorro e inversión permanezcan constantes.
Al analizar Harrod y Domar todas esas variables y las relaciones entre ellas encontraron dos graves problemas: Las razones del crecimiento de la población activa no tienen nada que ver con las razones que determinan el ahorro, la inversión y las variaciones en la productividad del trabajo y del capital. Por tanto, no hay ninguna razón por la que podamos suponer que sus tasas de crecimiento coincidan.
Cuando la tasa de crecimiento del producto difiere de la tasa natural, el distanciamiento tiende a agravarse.
Por tanto sus previsiones de crecimiento resultaron muy pesimistas. El crecimiento económico tiene tendencia a ser inestable e inevitablemente se producirán cambios cíclicos en las tasas de crecimiento, de ahorro, de inversión y de empleo.
El modelo de crecimiento neoclásico, conocido a menudo como modelo de crecimiento de Solow fue el primer intento de guiar de forma analítica el crecimiento a largo plazo. El modelo predice la convergencia hacia un estado continuo; en ese estado continuo, todo crecimiento per capita surge del progreso tecnológico. Partiendo de factores idénticos en lo relativo a instituciones (gobierno y bancos centrales), funciones de producción añadidas y medias de ahorros, todos los países tenderán a converger hacia el mismo estado continuo. Teniendo en cuenta que no todos los países tienen las mismas características, es posible que no todos los países del mundo converjan. De hecho, examinando datos empíricos, la convergencia sólo es observable de forma limitada.
En el modelo de crecimiento neoclásico, el crecimiento es exógeno: queda fuera del modelo, es decir, que no se explica mediante el modelo sino que se parte de la base de que tiene un valor concreto. Esto simplifica el modelo pero no explica cómo o por qué crecen las economías. La teoría del crecimiento endógeno trata de interiorizar el crecimiento. Esto implica explicar el crecimiento en un modelo de la economía. Las investigaciones realizadas en esta área se han centrado en los aumentos del capital humano (p.ej. de educación) o del cambio tecnológico (p.ej. la innovación).

EL MODELO CLÁSICO


EL MODELO CLÁSICO
Los orígenes del enfoque clásico se remontan a hace mas de 200 años, por lo menos al famoso economista escocés Adam Smith. En 1776, Smith publico su obra clásica llamada, Las Riquezas De Las Naciones, en la que propone el concepto de mano invisible. Este concepto se basa en que, si hay mercados y los individuos gestionan sus asuntos económicos buscando su propio provecho, la economía en su conjunto funcionara bien. En palabras de Smith, en una economía de mercado los individuos, en su búsqueda de su propio provecho, parecen llevados por una mano invisible a maximizar el bienestar general de todos los miembros de la economía.
La escuela clásica del pensamiento esta compuesta por las ideas de A. Smith, D. Ricardo, T. R. Malthus, J.S. Mill. Entre otros. En términos generales para estos autores el crecimiento de las economías se basaba fundamentalmente, en la evolución que experimentaba el progreso tecnológico en la relación con el proceso demográfico.
El aumento de la productividad económica en el plano de la empresa solo significa, en algunos casos, aumento de la tasa de ganancia para el empresario, sin repercusión en el nivel del ingreso global. Por consiguiente no se debe confundir el aumento de productividad en el plano micro económico con el desarrollo, el cual difícilmente puede concebirse sin aumentos del ingreso real per cápita. No obstante, el aumento de la productividad física en el plano de la empresa es un fenómeno de gran importancia para el mecanismo del desarrollo, por el hecho de que, casi siempre, dicho aumento se basa en la introducción de nueva tecnología y contribuye a liberar mano de obra.
Adam Smith se planteo este problema, ¿Por que aumenta el producto social?, el pensó que la causa última de tal fenómeno radicaba en los progresos de la división del trabajo, en la cual vio tres virtudes: aumento de habilidad en el trabajo, economía de tiempo y posibilidad de utilización de maquinaria. Siguiendo a J. B. Say, los clásicos de la primera mitad del siglo XIX clasificaban los "elementos de la producción" entres factores: tierra, capital y trabajo. No obstante, atribuía al trabajo el origen de todo "valor". Con todo, la cantidad de trabajo que podía ser empleada se hallaba determinada por el total del capital acumulado. Esa teoría establecía implícitamente que el nivel de los salarios reales no era arbitrario, y que, por consiguiente, no podía ser modificado por la acción de los sindicatos o del gobierno, sino que dependía de la oferta de trabajo y de la capacidad de empleo de la economía. Ahora bien, la capacidad de empleo era una función de la acumulación del capital.
Teniendo en cuenta ese modelo, Ricardo estableció dos principios de gran alcance práctico. El primero era que la elevación de los salarios presuponía la acumulación de capital, no pudiendo ser realizada a costa del sacrificio de las ganancias de los empresarios; el segundo era que la clase de los terratenientes construía un creciente peso social, que solamente podía ser reducido mediante una política de libre importación de productos agrícolas.
Sobre la base de estos argumentos polémicos, desarrollados por los economistas de la clase industrial inglesa al calor de la lucha contra los propietarios de las tierras y contra la clase obrera que comenzaba a organizarse, J. S. Mill formuló su "teoría general del progreso económico", que, en rigor de verdad, es una teoría de "la tendencia al estado estacionario", Cabria indagar. ¿Que papel desempeña el progreso técnico dentro del proceso económico? Para J.S. Mill, ese progreso retarda el advenimiento del estado estacionario, pero no puede evitarlo, ya que la presión hacia el descenso de las ganancias será cada vez mayor. Ricardo, con sentido práctico, supo utilizar el argumento del progreso técnico con fines polémicos. "con cada incremento de capital y de población, el alimento subirá en general, porque es mas difícil producirlo. La consecuencia de un alza de los alimentos será la elevación de los salarios, y cada alza tendrá tendencia a restringir el capital ahorrado en una proporción mayor que con autoridad al empleo de maquinaria y la mano de obra están en competencia constante y la primera puede frecuentemente no ser empleada hasta que suba la mano de obra". Por consiguiente el proceso técnico representaría un medio de defensa de la clase capitalista contra la elevación de los salarios. Pero el aumento de los salarios no beneficiara a los obreros, sino a aquellos que usufructuarían la renta de la tierra. Por consiguiente, la clase obrera quedaba comprimida entre los capitalistas y los dueños de la tierra, beneficiarios de un monopolio particularmente antisocial. De esta manera, Ricardo conjuraba todas las fuerzas sociales contra el principio adversario de la clase industrial, que eran los propietarios de la tierra. Pero este argumento conlleva de manera igualmente implícita, la idea de una tendencia al estancamiento.
Los economistas clásicos, generalmente, veían en el progreso técnico sobre todo un medio para sustituir la mano de obra por el capital. La sutileza se Smith, que atribuía el aumento de productividad a la división del trabajo, despreciando los efectos ejercidos sobre aquella en virtud de la mayor densidad de capital por persona ocupada, creo dificultades casi insuperables para sus seguidores.
La validez del concepto de mano invisible depende de un supuesto fundamental: los diversos mercados de la economía, incluyendo los mercados financieros, los mercados de trabajo y los mercados de bienes y servicios, deben funcionaran armoniosamente y sin impedimentos como los salarios mínimos y los tipos de interés máximo. En concreto, los salarios y los precios deben ajustarse rápidamente para mantener el equilibrio –situación en que las cantidades demandadas y ofrecidas son iguales- en todos los mercados. En aquellos en los que la cantidad demandada es mayor a la ofrecida, los precios deben subir para que el marcado este en equilibrio.

El enfoque clásico de la macroeconomía se basa en los supuestos básicos de Smith de que los individuos buscan su propio provecho y de que los precios se ajustan razonablemente deprisa para lograr el equilibrio de todos los mercados. Con los dos postulados como fundamento, los seguidores de este enfoque intentan construir modelos de la macroeconomía coherentes con los datos que puedan utilizarse para responder sus propias preguntas.
La utilización del enfoque clásico tienes algunas poderosas consecuencias para la política económica. Como los clásicos implican que la mano invisible funciona bien, los economistas que apoyan esta vertiente afirman que el estado debe desempeñar un reducido papel en la economía. También sostienen que la política económica será ineficaz o contraproducente para lograr los objetivos fijados. Asi pues, la mayoría de los economistas cree que el estado no debe tratar de eliminar activamente los ciclos económicos.

domingo, 17 de junio de 2012

Crecimiento Económico y Bienestar



Crecimiento Económico y Bienestar
El crecimiento económico de un país se considera importante, porque está relacionado con el PIB per cápita de los individuos de un país. Puesto que uno de los factores estadísticamente correlacionados con el bienestar socio-económico de un país es la relativa abundancia de bienes económicos materiales y de otro tipo disponibles para los ciudadanos de un país, el crecimiento económico ha sido usado como una medida de la mejora de las condiciones socio-económicas de un país; sin embargo, existen muchos otros factores correlacionados estadísticamente con el bienestar de un país, siendo el PIB per cápita sólo uno de estos factores. Lo que ha suscitado una importante crítica hacia el PIB per cápita como medida del bienestar socio-económico, incluso del bienestar puramente material (ya que el PIB per cápita puede estar aumentando cuando el bienestar total materialmente disfrutable se está reduciendo).
Otro problema tiene que ver con que el valor de los bienes producidos o consumidos no está directamente relacionado con el bienestar, por ejemplo, podemos imaginar una sociedad en la que se produce tabaco u otra droga con efectos negativos para la salud y que contribuyen al PIB con una cantidad N, y que simultáneamente se producen tratamientos médicos que compensan los efectos por una cantidad P. Comparando con una economía idéntica a la anterior pero en la que no se produzcan los productos de efectos adversos ni el tratamiento médico compensatorio y con PIB Y0, la segunda tendría un PIB más elevado Y0 + N + P, sin embargo, en ambas sociedades el bienestar general sería el mismo, ya en la segunda que los efectos adversos han sido compensados por los tratamientos médicos.

Los Limites del Crecimiento Economico



Los límites al crecimiento

El debate sobre los límites del crecimiento trata sobre el impacto ecológico del crecimiento y la creación de riqueza y progreso. Muchas de las actividades necesarias para el crecimiento económico hacen uso de fuentes de energía no renovables. Numerosos investigadores creen que estos efectos ambientales continuados pueden tener a su vez un efecto sobre los ecosistemas mundiales.
Este impacto sobre el medio ambiente es lo que trata de cuantificar la huella ecológica. Así, para el año 2005 se estimó el número de hectáreas globales (hectáreas bioproductivas) por persona en 2,1. Sin embargo, para todo el mundo, el consumo se situó en 2,7. Por lo tanto, al menos para este año (y la tendencia es creciente, pues en 2003 la huella ecológica mundial se estimó en 2.23), estuvimos sobre-consumiendo respecto de la capacidad del planeta; o lo que es lo mismo, estamos destruyendo los recursos a una velocidad superior a su ritmo de regeneración natural.
Afirman que los efectos acumulados sobre los ecosistemas imponen un límite teórico al crecimiento. Algunos recurren a la arqueología para citar ejemplos de culturas que parecen haber desaparecido porque crecieron más allá de la capacidad de sus ecosistemas para albergarlas, como afirma por ejemplo Duncan que ocurrirá también con nuestra civilización (Teoría de Olduvai). Su predicción es que los límites al crecimiento podrían acabar haciendo imposible el crecimiento basado en el consumo de fuentes de energía. La solución que proponen es aplicar los principios del Decrecimiento: es decir, reducir el consumo y la producción hasta niveles en los que los recursos se puedan regenerar de forma natural, a la par que se distribuye la riqueza de los países ricos al resto del mundo. Este concepto no debe ser confundido con el de desarrollo sostenible, pues este último cree que sí sería posible continuar aumentando el crecimiento, a la par que se protegiese el medio ambiente. Otros son más optimistas y creen que, si bien pueden detectarse efectos ambientales locales, los efectos ecológicos a gran escala son menores. Los optimistas afirman que si estos cambios ecológicos a escala mundial existen, el ingenio humano encontrará la forma de adaptarse a ellos.
El ritmo o tipo de crecimiento económico puede tener importantes consecuencias para el medio ambiente (el clima y el capital natural de los ecosistemas). La preocupación por los posibles efectos negativos del crecimiento sobre el medio ambiente y la sociedad ha llevado a ciertos sectores científicos a defender niveles de crecimiento menores, de donde viene la idea del decrecimiento económico y los partidos verdes, que piensan que las economías nacionales son parte de una sociedad mundial y de un sistema ecológico global, por lo que no pueden explotar su capacidad de crecimiento natural sin dañarlos.
El científico canadiense David Suzuki afirmó en los años 90 que los ecosistemas sólo pueden soportar un crecimiento anual de entre un 1,5 y un 3 % anual, y que por lo tanto cualquier intento de conseguir mayor rendimiento por parte de la agricultura o los bosques necesariamente acabará por canibalizar el capital natural del suelo o los bosques. Hay quien piensa que este argumento se puede aplicar incluso a las economías más desarrolladas. Los economistas convencionales opinan que las economías avanzan gracias a los avances tecnológicos, por ejemplo: ahora tenemos ordenadores más rápidos que hace un año, pero no necesariamente un número mayor de ordenadores. Quizá nos hayamos librado de las limitaciones físicas apostando más por el conocimiento que por la producción física.
Por otra parte es un hecho histórico que en los últimos dos siglos el crecimiento económico ha presentado fluctuaciones y crisis cíclicas en todos y cada uno de los países y en el ámbito internacional. Todo auge económico conduce finalmente a la recesión y la crisis, la cual termina por abrir las condiciones para la reactivación, que a su vez despeja el camino para un nuevo auge. El ciclo económico estudiado por Clemente Juglar, Karl Marx, Wesley Mitchell, Josepf Schumpeter, Nikolai Kondratieff y otros notables economistas, es una realidad para tener en cuenta sin la cual es imposible cualquier estimación seria sobre el crecimiento económico.